viernes, 21 de febrero de 2014

¿El estado emocional de los niños puede afectar su capacidad de aprender?


Durante los últimos años, los problemas emocionales en los niños pequeños se han convertido en una gran preocupación para los educadores, padres y otros. Estamos presenciando un creciente número de niños que están excesivamente enojados o tristes; o igual de preocupante, que apenas parecen experimentar emociones positivas tales como la curiosidad, el interés o incluso la felicidad.

Es difícil decir por qué está ocurriendo esto, pero en parte puede deberse a la velocidad del cambio en nuestra sociedad. El crecimiento de la urbe trae consigo todo tipo de presiones físicas y psicológicas que estresan a los niños y sus familias. También existe una creciente preocupación relacionada con la gran cantidad de estímulos visuales, auditivos y sociales que experimentan los niños, en particular en entornos urbanizados; la falta de experiencias basadas en la naturaleza; la disminución de ejercicio y los deportes organizados e improvisados; patrones familiares cambiantes y escasas actividades de ocio; así como, la exposición a temas emotivos alarmantes en los medios de comunicación.

Ahora que estamos próximos al inicio del año escolar, revisemos lo anterior y recordemos que existe una relación muy estrecha entre el estado emocional del niño y su capacidad de aprender, si un niño está deprimido, asustado, ansioso, enojado, frustrado o avergonzado, será muy difícil, si no imposible, que se concentre. Por el contrario, mientras más tranquilo, feliz, seguro, curioso, confiado e interesado esté el niño, mejor aprenderá.



Adaptación de Calma, Atención y Aprendizaje. Estrategias para la autorregulación en el aula. Stuart Shanker (CEREBRUM, 2013)

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