Cuando se habla de habilidades lectoras y
matemáticas, los resultados de evaluaciones nacionales, regionales e
internacionales muestran que las brechas de género se mantienen, asociándose la
comprensión lectora como una habilidad de las niñas, y las matemáticas como
algo propio en los niños. Sin embargo, cuando las mismas organizaciones, entre
ellas OCDE-PISA, que recogen estos resultados realizan el análisis a nivel global,
sostienen que estas diferencias no se dan por un tema de género, sino por las brechas
generadas por prácticas pedagógicas en las escuelas, producto de estereotipos
sociales, desconocimiento acerca del neurodesarrollo y la actitud de
estudiantes y docentes.
Hoy sabemos que el cerebro de la niña y el niño son
diferentes en algunas estructuras y que son gobernadas por los genes y las
hormonas, pero que finalmente su funcionamiento e integración en los procesos
cognitivos son determinados por las experiencias. Por lo tanto, el desarrollo
de una habilidad cognitiva, sea de compresión verbal o matemática, estará
definida más por el impacto de la escuela y el entorno que por las diferencias biológicas
del cerebro del niño y la niña.
Entonces, ¿es necesario atender las diferencias? Sí,
siempre y cuando el profesional responsable de desarrollar las habilidades en
los niños y las niñas cuente con los conocimientos necesarios para evitar
estereotipos y neuromitos, aprovechando las diferencias para que los niños y
niñas encuentren mejores estrategias para resolver problemas.
Adaptación
del Programa de Formación en Neuroeducación BRAINBOX® (CEREBRUM,
2013)
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